“La Estela” es un pequeño compartimento que alberga 200 gr. de tiza en polvo, suficientes para marcar 32 km de carretera. Funciona de manera muy similar a una tiza de marcar de carpintero: una pequeña cantidad de polvo se filtra a través de un cepillo y es recogido por una rueda de fieltro. El fieltro se encarga de hacer la transferencias de polvo a la rueda motriz, permitiendo dejar con el neumático trasero una tenue línea de color en el asfalto a modo de estela.

Se trata de una forma de representar en colores lo efímero del camino, pero que a la vez sirve para agrandar el sentimiento y la fuerza de la comunidad, al seguir la estela de otros ciclistas hasta que la carretera queda finalmente teñida por el color de las múltiples ruedas.



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