Nestor 18 abril, 2011 a las 9:24 A mi me paso «lo mismo», bueno, lo mismo no, mi sillín estaba en su sitio, pero tenía unas ganas locas de cagar (perdon por la expresion) y si me sentaba me iba por la pata abajo. Así que hice los 21km hasta llegar a casa sin tocar el sillin.
A mi me paso «lo mismo», bueno, lo mismo no, mi sillín estaba en su sitio, pero tenía unas ganas locas de cagar (perdon por la expresion) y si me sentaba me iba por la pata abajo. Así que hice los 21km hasta llegar a casa sin tocar el sillin.